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Mamá latina, no te conviertas en la pesadilla de la profesora de español de tu hijo(a)


Ya sea que tus hijos sean bilingües o hasta ahora les estés empezando a introducir el español, cuando la lengua mayoritaria en la comunidad donde vivimos es diferente, cualquier oportunidad de exponer a nuestros hijos al español y a que puedan practicarlo es un apoyo importante en el proceso de crianza bilingüe. Sin embargo, como hablantes nativos de español, podemos llegar a ser muy críticos de los programas y maestros que lo enseñan y, si nuestras expectativas no están aterrizadas, podemos convertirnos en una pesadilla para la maestra(o) de español.


Aquí te compartimos 6 cosas que debes tener en cuenta antes de juzgar la enseñanza de español que recibe tu hijo(a) en la escuela.


1. Entiende que solo es un refuerzo

Ya sea que tus hijos tengan una hora de clase de español a la semana, o puedan asistir a un programa de inmersión, la mejor oportunidad que tendrán para practicar el español al nivel nativo es contigo. No esperes que la exposición al idioma, la capacidad de practicarlo y la necesidad de usarlo queden resueltas por tener una maestra o maestro de español en la escuela.


2. La nacionalidad de la o el maestro de español no determina la calidad del español que enseña

Sácate la idea de la cabeza de que el español o el acento de algunos países hispanohablantes es mejor o más “bonito” que el de otros. Antes de calificar la capacidad de enseñar español por el origen del profesor o la profesora, recuerda que esa diversidad lingüística es parte de la riqueza de nuestro idioma y que tu hijo(a) esté expuesto a esa diversidad es una ventaja, no lo contrario.


3. Enséñale a tu hijo(a) que el español tiene variantes y que es posible que su maestra(o) tenga un acento diferente al de la familia, y que además utilice palabras o formas gramaticales que le pueden sonar erradas, pero que juntos pueden aprender un poco más sobre el idioma.


Asegúrate de que su docente entienda lo mismo, de lo contrario, compártele información para que tampoco critique o corrija a tu hijo(a) erradamente por falta de conocimiento sobre la variante del español que se habla en casa.


4. El español “neutro” no existe

Si bien hay variables del español que comparten más similitudes lingüísticas con la mayoría de países que otros, la realidad es que todos (23 países) hablamos español con algunas diferencias, y la idea de un español “neutro” como el que se ha popularizado en los doblajes de las películas -por la necesidad de usar una versión que se pueda entender por la mayoría- no significa que realmente exista. Aprende más sobre las diferencias de los dialectos del español en este video del Obervatorio del Instituto Cervantes - Harvard (Nota: contenido académico y de investigación)

5. Que sea hablante nativo o no, no implica que sepa más o menos español

Aunque muchas personas prefieren un hablante nativo al momento de recibir una clase de idiomas, la realidad es que un maestro(a) no nativo puede ofrecer la misma o mejor calidad de enseñanza de un idioma. Una profesora no nativa puede ser muy buena si tiene una buena formación en didáctica de la lengua y tiene experiencia.


Si la maestra(o) no es nativa, antes de criticar su acento o la forma en la que enseña, trata de identificar sus fortalezas y cómo puede apoyar a tu hijo(a) a seguir avanzando y mejorando su manejo del idioma. Si te preocupa el tema del acento, entonces refuerza en casa: habla en español todos los días, lee en voz alta lo más que se pueda, busca la mayor cantidad de oportunidades posibles para que escuchen música en español y audiolibros, y usa las pantallas a tu favor.


6. Los métodos de enseñanza en el aula son distintos a como tú llevas la crianza bilingüe en casa

Hay diferentes formas y técnicas para enseñar idiomas, y no necesariamente quiere decir que lo que usa la profesora de español en la clase funcione o deba ser usado en casa, y viceversa. El método de crianza bilingüe que tú llevas en casa (OPOL, MLAH, TAP) seguramente no tiene nada que ver con lo que tiene que hacer la maestra para lograr resultados en la clase. Por ejemplo, es común que algunas maestras(os) prohíban que se hable el idioma mayoritario durante su clase, tal vez se niegan a responder si no se usa el español, pero ya sabemos que en casa esta no es una estrategia de respuesta parental recomendable para incentivarlos a usar el español.


Sin importar cuál sea tu país de origen, tu nivel educativo o qué tan correcto creas que es tu español, recuerda que siempre será mejor que trabajes en equipo con la profesora o profesor de español de tu hijo(a) y fomentes una relación de colaboración, respeto y aprendizaje mutuo que beneficie a todos.







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